- Breve descripción de ti misma
Soy Clara Grima, soy profesora titular de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevillla, y además de la investigación y la docencia propias de una profesora de universidad, desde 2010 (el 14 de mayo se cumplen 10 años que empecé con mi blog, Mati y sus mateaventuras) me dedico muy activamente a la divulgación
- ¿En qué estás trabajando actualmente?
Estoy dedicando mucho tiempo a la divulgación, que por fin ya se cuenta en la universidad, y también estoy trabajando con un grupo de biología molecular tratando de averiguar cómo se crean y cuál es el patrón que tienen las agrupaciones de células y los modelos de células en los epitelios.
- El “Síndrome del Impostor” describe cómo mujeres con éxito en sus carreras son incapaces de reconocer sus logros, a pesar de que haya evidencia objetiva de su éxito. Esto se puede deber a diferentes motivos como la falta de referentes femeninos o la falta de expectativas que tiene la sociedad sobre la mujer. ¿Alguna vez te has encontrado con este fenómeno?, ¿Te ha afectado personalmente? Y ¿qué podemos hacer para abordarlo?
Sí, me lo he encontrado muchas veces, no sé si es porque soy mujer o porque le pasa a todo el mundo. La última vez ha sido hace unas dos semanas, que recibí una invitación para dar una conferencia invitada en el ICM (Congreso Internacional de las Matemáticas). Me dio mucha alegría, pero luego pensé “ay, por qué soy yo, si hay gente mejor que yo”.
Respecto a qué podemos hacer para abordarlo, pues no os puedo ayudar porque yo lo intento y no me sale. Supongo que ser consciente de lo que aportas al entorno donde te estás moviendo, pero es complicado.
π. ¿Qué diferencias encuentras en la idea de las mujeres en matemáticas / el reconocimiento o las investigaciones de las mujeres en matemáticas entre cuando empezaste tu carrera y la actualidad?
Ahora mismo hay muchas diferencias porque cuando yo estudiaba matemáticas no tuve ni una sola profesora en la Facultad de Matemáticas (solo tuve a una de la Facultad de Física), y no conocía a ninguna mujer matemática. Las he conocido ya cuando me he dedicado a la divulgación.
Una anécdota es que, cuando estaba estudiando en Álgebra los anillos noetherianos de Emmy Noether, no sabía que era Emmy Noether y ya cuando siendo divulgadora (y soy divulgadora desde hace 10 años, o sea no hace mucho) descubrí que aquel “Noether” de los anillos no era un señor sino una señora. De hecho, recuerdo cuando vi que Emmy Noether era matemática, pensé que era o la señora o la hermana del “Noether” de los anillos.
Ahora yo creo que se hace mucho por consolidar mujeres matemáticas y se está notando mucho.
- ¿Crees que dentro del sistema educativo hay modelos suficientes para las niñas?
No, evidentemente no. La prueba está en los datos del ministerio sobre matemáticas e informática. En informática desde el 85 las mujeres casi no están en la escuela de informática y siguen bajando. Y lo que más me preocupa es que está pasando a matemáticas: el porcentaje de mujeres en las carreras de matemáticas eran mayores que el de los hombres, empezaron a bajar y a partir de 2006/2007 ya van los hombres por encima de las mujeres y va creciendo el porcentaje de hombres.
- Una matemática actual que te inspire
Ingrid Daubechies, que se llevó el premio Princesa de Asturias el año pasado y tuve la suerte de estar en el jurado que concedió ese premio a ella y a 3 matemáticos más. Me parece una mujer, como matemática brillante y todos los premios que tiene lo corroboran, y muy cercana y preocupada por que haya mujeres en la carrera de matemáticas
- En el grado de Matemáticas los alumnos se distribuyen de manera más o menos homogénea entre hombres y mujeres, pero la proporción de mujeres baja significativamente en el momento de iniciar un máster o un doctorado. ¿A qué crees que se debe esta diferencia? Y ¿Qué podemos hacer ante esta situación?
En el grado de matemáticas no es cierto que se distribuya de manera homogénea, las mujeres están por debajo de los hombres a nivel nacional. Creo que se debe a que no tienen suficientes referentes y porque creo que muchas veces, aunque no tengo evidencia científica, las mujeres quieren conformarse con ser profesoras de secundaria y no universitarias. Pero eso es ahora, en mi departamento, por ejemplo, hay más mujeres que hombres.
Ante esta situación, las administraciones deben tener en cuenta que la realidad es que somos las mujeres las que nos ocupamos de los cuidados, y no solo de los hijos, sino también de las personas mayores que necesitan ayuda.
- Las madres abandonan la carrera investigadora con más frecuencia que los padres, según las estadísticas. ¿Crees que es difícil compatibilizar la maternidad con la investigación? ¿Cómo lo haces tú? ¿Qué crees que puede ayudar a que la investigación sea más compatible con la maternidad?
Muy difícil, sí. Porque la investigación es un trabajo de llevártelo a casa, a la cama, de levantarte con él y de viajar, viajar mucho y es bastante difícil compatibilizar con la investigación.
¿Cómo lo hago yo? El padre de mis hijos es investigador como yo, y nos repartimos más o menos la carga de los niños.
Se puede ayudar contabilizando el hecho de que las madres lo que estamos haciendo, al fin y al cabo, es traer ciudadanos a la sociedad, que van a aportar y a generar dinero, si se quiere mirar desde el punto de vista económico. Y que el trabajo que las mujeres hacemos, no solo de maternidad, también cuidado de mayores, es un trabajo que le estamos quitando al estado, entonces tiene que estar bien reflejado en la carrera universitaria y actualmente lo está: cero.
- ¿Crees que tu género puede hacer más o menos difícil tu recorrido en el mundo de la investigación o de la ciencia?
Sí, claro que lo puede hacer, y de hecho lo hace. La prueba está en que hay más mujeres que hombres en mi departamento (y en los departamentos de Matemática Aplicada) y casi no hay catedráticas de Matemática Aplicada.
La primera catedrática de mi departamento, casualmente, (puede que sea una casualidad, seriamente) no tiene hijos.
- ¿Qué consejo le darías a las niñas y adolescentes que sienten pasión por las matemáticas?
Que tiren para adelante. Las niñas y adolescentes todavía no han empezado con lo que son matemáticas. A mí me gustaban mucho las matemáticas en el instituto y en el cole, pero no tienen nada que ver con las matemáticas en la universidad. Las de la universidad son muy difíciles, pero preciosas. Yo cuando entré en la carrera me creía que era Alicia en el País de las Maravillas, que había caído en un mundo de majaretas donde no entendía nada y para mí todo eran sombrereros locos. Pero luego estudiando mucho, porque es algo dura, sí que se van encendido las luces y ves que realmente estás en el país de las maravillas, empiezas a entender aquel idioma y todo es maravilloso.
Yo siempre lo comparo con subir el Everest: la carrera de matemáticas es dura, una subida difícil, a veces te caes o te cae un alud de nieve. Pero sigues trabajando, te levantas, y llegas a la cima y, tanto en el Everest como en las matemáticas, la vista desde arriba es perfecta. En el caso de las matemáticas, además, no tienes que bajar, jajaja.
Que no se dejen amedrentar ni por los comentarios ni por la dificultad, que la van a encontrar, pero merece mucho la pena.
- ¿Una dificultad con la que no esperabas encontrarte en tu carrera?
Sobre todo, el lenguaje matemático y la formalidad, el rigor de las matemáticas. Pero eso lo aprendes en el primer cuatrimestre.
Como he dicho, no se parece en nada a las matemáticas del instituto. Pero no se parece en nada porque es mucho mejor.
- ¿Por qué crees que son importantes los días de las mujeres en la ciencia?
Sobre todo, por visibilizar: creo que muchas personas no son conscientes de qué hacen los matemáticos y de la importancia que tienen las matemáticas. En ese sentido es necesario visibilizar las mujeres en ciencia, y más que en ciencia en matemáticas, informática o física; porque las carreras que se conocen como biosanitarias, al fin y al cabo, no tienen esa diferencia de porcentajes entre hombre y mujeres, de hecho, suelen ser más altos los de mujeres que los de hombres.
Necesitamos visibilizar, no para convencer a todas las chicas de que sean matemáticas, sino para que TODAS LAS CHICAS Y TODOS LOS CHICOS conozcan la titulación y puedan plantearse elegirla.
Yo estudio matemáticas, soy la persona más feliz del mundo, las matemáticas me hacen más feliz que nada en el mundo; pero, por ejemplo, no me hubiera importado estudiar informática si hubiera sabido a qué se dedicaban los informáticos. Cuando he tenido la suerte de trabajar en la Escuela de Informática, descubrí una titulación de la que yo no sabía nada y me quedé fascinada de la potencia y de las cosas tan maravillosas que se pueden hacer con informática y, además, usando muchas matemáticas. Es bueno que estén tan cerca.
Creo que es fundamental que se visibilicen estos días para que la gente hable de matemáticas, conozca mujeres matemáticas y que, cuando yo diga “soy matemática” puedan decir “Anda, como Ingrid Daubechies o como Emmy Noether, o como Maryam Mirzajani”. Muchas veces trataban de buscar alguna y no sabían ninguna, o en el mejor de los casos me decían “¡Anda! ¡Como Hipatia!”.